14 Nov Devoción al Sagrado Corazón
En la Curia general de los dehonianos se ha celebrado el Coloquio internacional «La devoción al Sagrado Corazón. Memoria-Cuerpo-Imagen-Texto: continuidad y discontinuidad» (Roma, 8-9 noviembre 2019). El encuentro es fruto de una fecunda colaboración instaurada entre el Centro Studi Dehoniani de la Congregación SCJ y la Pädagogische Hochschule de Lucerna (Suiza), llevado adelante particularmente por la profesora Franziska Metzger y el P. Stefan Tertünte scj. Las jornadas de estudio se han caracterizado por un acercamiento trans-disciplinar e inter-cultural al tema de la devoción al Sagrado Corazón, subrayando particularmente las dimensiones de la memoria y de las imágenes unidas a ella.
El conjunto de las intervenciones [1] que han construido la osamenta de fondo del Coloquio internacional sobre la devoción al Sagrado Corazón han dejado la impresión de una diseminación del imaginario y de la tradición devocional, en parte seguramente inesperada en sus múltiples ramificaciones. En sustancia, lo que las variadas presentaciones han mostrado es una verdadera transmigración de esta devoción, fuertemente unida a la tradición católica moderna en ámbitos muy amplios y diferentes entre sí de la cultura civil de la modernidad, no solo europea.
Una devoción y sus vicisitudes
Las vicisitudes de esta devoción particular, por tanto, se insertan y se entrecruzan con un imaginario y una memoria que la exceden y la acompañan al mismo tiempo. Se va así a interceptar los muchos nexos que han permitido su articulación y su desarrollo que, contemporáneamente, han sustraído a la devoción al Sagrado Corazón de ser una cuestión exclusiva de la catolicidad europea.
La identificación de elementos propios de configuraciones paralelas, como el surgimiento del descarte imprevisto del aparato devocional, representan, de hecho, uno de los trazos peculiares mostrados por el Coloquio. Arte, política, historia, prácticas, memorias, figuraciones del imaginario, antropología, texto Sacro y textualidad común, concurren todos a diseñar el destino público y espiritual de esta devoción. En un juego continuo de vaivén que relanza y problematiza siempre de nuevo las complejas formas de la devoción al Sagrado Corazón.
En este desbordamiento y en su transversalidad socio-cultural, claramente sacados a la luz por los trabajos del Coloquio, la figura de la devoción al Sagrado Corazón parece tener aún la fuerza de servir como catalizador por sus múltiples dispersiones sincrónicas y diacrónicas. Y esto precisamente hoy, cuando dentro del mismo catolicismo parece haber quedado reducida a poco más que una pequeña luz apenas mantenida en vida por algunas congregaciones religiosas que no pueden evitar confrontarse con ella.
Advertencia ésta, para la Iglesia misma en primer lugar, de no tirar precipitadamente por la borda la «memoria» del propio recorrido histórico, incluso cuando ésta no parece ser ya capaz de la fecundidad y del impacto que tuvo un tiempo. Pero, al mismo tiempo, es también una fuerte invitación a un cultivo de la memoria que sepa hacerse cargo de todas las ambivalencias, sombras y potencialidades que la habitan. La devoción al Sagrado Corazón, por lo tanto, no debería ser ni abandonada al olvido, ni ser simplemente re-propuesta a través de algunas adaptaciones cosméticas de algunos de sus trazos atractivos.
Sus vicisitudes nos hablan, en primer lugar, de procesos continuos de transfiguración y transformación del planteamiento devoto; de sus bodas, más o menos castas, con las formas políticas y culturales del vivir asociado de los seres humanos; de los entrelazamientos que la unen a imágenes y memorias que, a primera vista, parecen ser totalmente extrañas a la devoción al Sagrado Corazón y, sin embargo, revelan toda una serie de proximidades y alternativas que hacen de ella un «momento» que ha participado, para bien y para mal, en la construcción de la sociedad humana.
Y continúa haciéndolo, se entiende que después del Coloquio, si no de otro modo sí como interrogante sobre una figura y un imaginario que parecen ser más ricos y propositivos de cuanto la situación actual de la devoción al Sagrado Corazón permite pensar.
El mañana de la devoción al Sagrado Corazón
En la síntesis que concluyó los dos días de intensos trabajos, la profesora Metzger [2] delineó una serie de campos y perspectivas evocadas por el Coloquio que pueden servir para constituir la osamenta de una investigación ulterior alrededor de la devoción al Sagrado Corazón. Retomo algunos para compartir así con el lector la espina dorsal que sostiene la espiritualidad en torno a la cual se articula nuestro trabajo cotidiano.
Desde un punto de vista metodológico, el Coloquio ha logrado poner en discusión radical el mecanismo de separación binaria que constituye una de las constantes típicas de la modernidad europea. Se trata de la alternativa entre imagen y lenguaje, dimensión pública y espacio religioso, afectos y razones, material y espiritual, etcétera. Prácticas, políticas, imaginarios de esta típica devoción moderna empujan, sin embargo, hacia una consideración atenta de la complejidad y polivalencia de los fenómenos culturales – de los que forman parte también de los de carácter religioso. Fenómenos que tienen efectos en las formas de vida cotidiana no reconducibles a un canon unívoco, porque hacen cuerpo con ella dándole forma en el mismo momento en que son plasmadas por la vivencia de todos los días.
Otro aspecto metodológico sacado a la luz por el Coloquio es la importancia de concentrarse en los modos de funcionamiento, práctico y efectivo, de la devoción al Sagrado Corazón: como símbolo, objeto ritual, fuerza que genera prácticas y ritualidad, filigrana de discursos, narraciones y memorias. Con una estratificación de los significados de la devoción que se modula según los ámbitos de su funcionamiento, hace que no pueda ser debidamente comprendida únicamente según el modo de uso por parte de la Iglesia como institución. Precisamente, con el Sagrado Corazón tenemos que vérnoslas con una devoción (católica) marcadamente institucionalizada, por un lado, y ampliamente difundida a nivel de vivencia popular, por el otro. El significado que ésta asume en un ámbito no es nunca el mismo que el que reviste en el otro.
Esto impulsa hacia una investigación trans-disciplinar capaz de rastrear las variaciones, las adaptaciones, los deslizamientos y las transformaciones de la devoción al Sagrado Corazón – sea a nivel sincrónico que diacrónico. Por tanto, estabilización y cambio de coordenadas devocionales se compenetran entre sí y piden ser adecuadamente analizadas de este modo.
Desde un punto de vista histórico se pueden individuar dos giros clave para la devoción al Sagrado Corazón: el primero es el que, entre los siglos XVI y XVII, hace transitar a la Iglesia católica de la airosidad del inmediato post-concilio tridentino a la compactación romana y curial hecha por los rangos eclesiásticos; el segundo, entre los siglos XIX y XX, en los que la invención del estado moderno asume su forma más explícitamente nacionalista, mientras que la devoción al Sagrado Corazón se convierte en instrumento mediante el que expresar la cada vez más marcada distancia entre la tradición liberal del estado moderno y la institución católica de la fe.
Ambos giros se caracterizan por su extrema complejidad, en la que, también en la prevalencia de una línea predominante, permanecen efectos de arrastre de otros modos diferentes de funcionar de esta devoción al Sagrado Corazón.
En filigrana, en las notas conclusivas con las que la profesora Metzger ha relanzado algunas líneas mayores del Coloquio, se puede captar la liberación de la reductiva identificación unívoca de la realidad, de hecho múltiple y variada, de la devoción al Sagrado Corazón con la forma instituida por el intransigentismo católico típico de finales del siglo XIX e inicios del XX. Este relanzamiento abre nuevas perspectivas y respuestas para la misma espiritualidad dehoniana que germina, en su especificidad, dentro de esta más amplia tradición devocional.
Padre Dehon
En su conjunto, el Coloquio ha tenido el mérito de ofrecer toda una serie de aperturas posibles para la espiritualidad de la Congregación dehoniana. Pero, sobre todo, ha permitido captar una cierta convergencia en torno a la exigencia de volver a poner en valor la experiencia espiritual fundante de Dehon en lo que se refiere a la presencia pública de las comunidades dehonianas en la Iglesia y en las sociedades actuales. En definitiva, se resuelve positivamente esa «reserva» prejuiciosa que mantenía a distancia (con muchas sospechas) algunas de las figuras más importantes de la herencia espiritual del padre Dehon, y que caracterizó gran parte de la recepción post-conciliar en el seno de la Congregación.
Creo que son tres los nudos mayores que pueden servir como clave inspiradora para esta empresa: la reactivación de la dignidad teológica de la imaginación (N. Steeves); la configuración de una gramática afectiva de la experiencia (card. J. Tolentino Mendonça); una ética pública de la justicia (J. van den Hengel), pivotantes todas ellas sobre el carácter imperativo del ‘otro’, el cual da forma a la configuración del sujeto dispuesto a reconocer ahí una «fuerza» de la que no puede ser ni señor ni autor; esto es posible en el momento en el que aprecia dicha imperatividad como algo que lo concierne en primera persona y lo constituye en su singularidad (una original y pertinente manera de repensar el tema del amor puro en la herencia espiritual de Dehon).
Para la Congregación dehoniana, por tanto, el Coloquio relanza su dimensión social, civil y política que puede ser diferentemente elaborada, según los contextos efectivos de vida de las comunidades, partiendo de los nudos mayores de la propia espiritualidad y de sus prácticas.
La tarea que el Coloquio deja en manos de la Congregación es encontrar las formas adecuadas para entregarse fecundamente a este ejercicio, sabiendo que ella no debe hacerlo todo ya que puede contar con toda una serie de acercamientos y lazos que la pueden sostener en este relanzamiento y re-visitación de la propia espiritualidad.
Marcello Neri
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[1] Las conferencias fueron impartidas por: F. Metzger (Lucerna); E. Pahud de Mortanges (Friburgo); D. Morgan (Duke University); A. Viola (Trento); S. Laube (Berlín); D. Sidler (Basilea); M. Antonia Herradón Figueroa (Madrid); P. Airiau (París); F. Purwanto (Yogyakarta); S. Baier-D. Troxler (Lucerna); M. Neri (Modena-Milano); card. J. Tolentino Mendonça (Roma); J. van den Hengel (Ottawa); N. Steeves (Roma).
[2] Agradezco a la profesora Metzeger haber puesto a mi disposición sus notas conclusivas, en las que ha delineado las perspectivas centrales del posible trabajar a realizar en torno a la devoción al Sagrado Corazón en el contexto contemporáneo.
[Traducido y adaptado por Juan José Arnaiz scj de http://www.settimananews.it/spiritualita/devozione-al-sacro-cuore/]
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