
02 Oct Sergio Sújar nos cuenta su experiencia en el Camino de Santiago
Hace un mes más o menos estuve a punto de echarme atrás y no ir a hacer el Camino de Santiago porque no estaba en mi mejor momento. Me dio un bajón y no me veía con ganas para hacerlo. Pero al final decidí que sí, lo iba a hacer, y ha sido sin duda una de las mejores decisiones que he tomado.
El Camino ha sido una experiencia única. Vine con la expectativa de desafiarme física y mentalmente, reflexionar, y mejorar la relación con mis amigos. Fui con las expectativas altas y puedo asegurar que ha sido increíblemente mejor de lo que me esperaba, y me ha dado cosas que no pensaba encontrar. El camino es una de esas cosas que con la gente adecuada te marca de por vida y es una experiencia que tienes que vivir al menos una, sino varias, veces en la vida.
Estos 10 días han sido un poco una montaña rusa, anímica y físicamente , aunque la mayoría de momentos he estado arriba. Este tiempo me ha ayudado a reflexionar más, que es algo que, si nos paramos a pensar, nos cuesta bastante, y al ir mucho tiempo andando vas a tener si o si un rato en el que vas a encontrarte contigo mismo. He visto también que soy más fuerte de lo que pensaba, sobre todo mentalmente, pues en momentos en los que tenía la tentación de parar y dejar de andar, me obligaba a seguir y he visto que soy capaz de mucho más de lo que creo.
A parte de eso el camino es un momento para estar con tus amigos y forjar lazos que en cualquier otro momento no podrías . Y más aún con el grupo con el que fuimos, ya que eramos pocos y fuimos como una familia. Al final convives 24 horas con esas personas durante diez días y eso hace que las conozcas mejor y compartas muchas más cosas. Yo he conseguido pasármelo bien y conectar un poco más con mis amigos después de no haber tenido el mejor año posible. A parte he conocido gente increíble de Valencia con los que hay una amistad que espero se mantenga en el tiempo porque de verdad merecen mucho la pena y como ya he dicho, después del camino somos una familia. De no ser por el camino no les hubiera conocido. Este camino no ha sido muy exigente físicamente pero sí más en lo anímico y me ha enseñado muchas cosas. Es un viaje duro donde cargas con una mochila llena a la espalda y al cabo de los días se nota el cansancio. Pero vale la pena todo ese esfuerzo solo por compartir tantos buenos momentos con la gente y por la satisfacción de llegar. Ese momento en el que entramos todos juntos a la plaza del obradoiro bua. No se me va a olvidar. Cuando llegamos a Santiago me emocione un poco al principio y me puse a mirar el pórtico de la catedral pasmado. Estaba hipnotizado. Y me emocione, me emocione mucho, y por primera vez en mucho tiempo lloré . No se si por el esfuerzo, por la emoción o porqué, pero el caso es que me desahogué. Eran lágrimas de felicidad, por haber conseguido llegar y haber terminado, pero también de angustia porque se acababa todo, y por el mal año que había tenido. Fue un momento muy especial y gratificante en el que me pude desquitar de los malos momentos que había vivido.
Hemos sido una familia en este camino y ha sido una experiencia de esas que ocurren muy pocas veces en la vida. Y le doy gracias a Dios y a todas las personas por ello. Han sido 10 días increíbles y no puedo esperar a la próxima vez para volver a revivirlo. De verdad que ha sido una de las mejores experiencias que he tenido.
Sergio Sújar.
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