Dehonianos

Hoy, 22 de septiembre, la Iglesia celebra la memoria litúrgica del Beato Juan María de la Cruz, religioso dehoniano español que entregó su vida por Cristo en el verano de 1936. Su testimonio de fe, marcado por la fidelidad y la entrega total, sigue siendo luz e inspiración para nuestra familia dehoniana y para toda la Iglesia.

Un mártir de la fe

El Beato Juan María de la Cruz nació en España y, desde muy joven, sintió la llamada al sacerdocio en la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús. Su vida estuvo marcada por una profunda espiritualidad, la oración constante y la entrega a los demás, especialmente en su misión educativa y pastoral.

En agosto de 1936, durante la persecución religiosa en España, fue arrestado y finalmente asesinado, víctima del odio a la fe. Su martirio lo convierte en ejemplo de valentía, de confianza en Dios y de fidelidad hasta el final.

Una nueva imagen para la veneración

Con motivo de esta memoria litúrgica, presentamos algunos detalles de la nueva imagen del Beato Juan María de la Cruz. Esta representación busca acercar su figura a los fieles, ayudando a reconocer en su rostro y en su testimonio un camino de esperanza y de entrega al Corazón de Jesús.

La devoción al Beato no es solo un recuerdo del pasado, sino una llamada a vivir hoy la fe con coherencia, con amor y con un compromiso real en medio de los desafíos de nuestro tiempo.

Actualidad de su mensaje

En un mundo que busca referentes auténticos, la figura del Beato Juan María de la Cruz nos invita a mantener la mirada fija en Cristo y a no tener miedo de vivir con radicalidad el Evangelio. Su vida nos recuerda que la fidelidad en lo pequeño y el amor hasta el final son semillas de Reino que nunca mueren.

Su memoria litúrgica es una ocasión para orar, pedir su intercesión y renovar nuestro compromiso como cristianos llamados a ser testigos de esperanza, de misericordia y de fe viva en nuestras comunidades.


Que la vida del Beato Juan María de la Cruz inspire nuestro camino y fortalezca nuestra confianza en el Corazón de Jesús.