Evangelio del día
Lectura del santo Evangelio según san Juan 18, 33b-37
En aquel tiempo, Pilato dijo a Jesús:
«¿Eres tú el rey de los judíos?».
Jesús le contestó:
«¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?».
Pilato replicó:
«¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?».
Jesús le contestó:
«Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí».
Pilato le dijo:
«Entonces, ¿tú eres rey?».
Jesús le contestó:
«Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz».
Comentario de la homilía por el P. Jesús Baena
La primera lectura de hoy es del libro de Daniel, un libro no tan conocido tenderíamos a pensar. Sin embargo, este libro ha influido mucho en nuestra imagen de Dios. Por alguna razón, la imagen esbozada aquí en particular es una que se nos ha quedado grabada.
Se habla de alguien que es llevado ante un Gran Anciano. Un Gran Anciano, descrito unos versículos antes como alguien con una túnica blanca y una cabellera blanca como la lana. A estos versículos «debemos» la imagen de Dios Padre como anciano con barba. Es el único lugar de la Biblia donde aparece esta imagen, pero ha tenido una enorme influencia en la imaginería literal. El hecho de que Jesús se dirigiera a Dios como Abba, que se traduce como Padre, está vinculado al anciano en el trono y se ha convertido así en una imagen casi exclusiva de Dios. Pero, ¿qué habría querido decir el escritor bíblico al describir a Dios como un anciano mayor? En primer lugar, hay que tener en cuenta que, en la imagen cultural en la que se describe, anciano equivalía indudablemente a experimentado, a sabiduría. Una sabiduría que se honraba. A partir de ahí, lo más probable es que la palabra muy anciano simbolice la eternidad de Dios.
Desde tiempos inmemoriales y hasta un futuro desconocido para nosotros, Dios ha estado allí. Sin duda, la imagen no pretendía ser una descripción literal. Jesús se dirigió a Dios con el confidencial `abba’. No sabemos si Jesús habrá visto a Dios literalmente como a un padre. Lo que sí sabemos es que la relación de confianza que puede existir en el sentido propio entre padre e hijo o madre e hija era primordial. Por supuesto, hay mucho que decir a favor de dirigirse a Dios como Padre, siempre y cuando nos demos cuenta, al mismo tiempo, de que ésta es una de las muchas imágenes de Dios que se encuentran en la Biblia.
Y llegamos a la fiesta de hoy, Cristo Rey del Universo. Qué debemos hacer, qué podemos hacer con Cristo y, sobre todo, con Cristo Rey, ¡un rey del año cero…..!¿Es eso lo que es para nosotros, un rey del año cero, con todas las connotaciones negativas que le atribuimos?
¿Qué debemos hacer, qué podemos hacer con la «Realeza» año 2024? La época del esplendor de los reyes parece haber terminado. La gente busca una interpretación adecuada de la realeza. Quienes dan forma a la realeza se enfrentan a una ardua tarea. En cualquier caso, ya no tiene nada que ver con una figura fuerte que lo arregla todo para todo y para todos.
En la lectura del Evangelio, vemos dos figuras frente a frente: Pilato y Jesús. Dos mundos diferentes. Pilato, el gobernador romano ostenta el poder en nombre del emperador. Y Jesús… vulnerable e impotente… siempre hablaba del reino de Dios. Así que no es de extrañar que Pilato pregunte sobre ese reino. Porque cuando oyes la palabra imperio, piensas en soldados y tierras… Pero Jesús está hablando del Reino de Dios………
Él nos precedió en la oración: el Padre Nuestro y su venga a nosotros tu reino. Pero en ese reino no se pedía un gobernante, porque el reino de Dios se trata de gente pequeña a la que se le permite elevarse. Un rey en el sentido bíblico es alguien que une a su pueblo y lo mantiene unido. Cuando Jesús dice que su reino no es de este mundo, tiene toda la razón ya que en el reino de Dios no se trata del derecho del más fuerte, sino de proteger al débil.
En el reino de Dios, el razonamiento se invierte. Lo que quieras que el otro haga por ti, ¡hazlo primero por el otro! Entonces no se trata de arrebatar en beneficio propio, sino de mirar por el otro, ¡por lo que es necesario para todos!
El rey de hoy, cuya fiesta celebramos, y que nació en el año cero, nos pregunta hoy muy directamente de qué manera, en qué medida somos reales en nuestra vida cotidiana.
Y recibimos preguntas muy concretas al respecto. Preguntas que tienen que ver muy directamente con nuestra vida cotidiana. No la frecuencia con la que honramos a Cristo, o cuánto donamos a la caridad, o con qué frecuencia vamos a la iglesia. Pero la pregunta clave, la pregunta central es:
¿Cómo fue tu actitud hacia tu prójimo? ¿Hiciste por él/ella lo que pudiste? El criterio final por el que se nos juzga es el amor. Un amor que no se hace pensando en «la recompensa» en el cielo, sino un amor que se expresa en estar al lado del otro, ayudándole.
Si quieres reconocer a Cristo como Rey, no podrás escapar al hecho de que Su Camino, es un camino que lleva directamente al prójimo. Un camino que lleva a cuidar, a cuidarse y amarse como algo natural, día tras día.
Un camino que lleva a ser guardián de los que encuentras en tu camino. Hasta el último día de tu vida. Y cada época exigirá creatividad en esto a quienes vivan en ella. Te molestará, a veces incluso te hará desistir. Pero una y otra vez nos encontramos con Cristo en su: ¿Qué has hecho?
Es Cristo el que nos dirige y nos da la vida, pero son nuestras manos las que tienen que hacer el trabajo. Todos los días. Cristo rey; Una pregunta, una tarea en la que debemos trabajar toda la vida……… Por eso me parece precioso lo que hace unos meses mi amiga Bettineke me dejó leer en una de sus reflexiones:
Estás en el camino correcto
si no te crees el mejor de todos.
Vas por buen camino
si te importan tantas cosas malas que pasan.
Vas por buen camino
si eres amable con todos.
Vas por buen camino
si anhelas que no falte nadie.
Vas por buen camino si sabes perdonar a la gente.
Vas por buen camino si eres sincero de todo corazón.
Vas por buen camino si puedes traer la paz.
Vas por buen camino si intentas ser bueno, incluso cuando es muy difícil.
Jesús Baena.