Humberto Hidalgo: “Ser sacerdote dehoniano es llegar a configurarme con el corazón de Cristo”

Mañana es un día muy especial para Humberto Hidalgo ya que se va a celebrar su Ordenación Presbiteral en la Iglesia La Merced en Bahía de Caráquez. Al día siguiente celebrará su primera misa en la Iglesia Sagrado Corazón de Jesús en Fanca.

De este modo, Humberto Hidalgo será el primer ecuatoriano sacerdote SCJ. Él es el tercero de cuatro hermanos. Nació en Bahía de Caráquez, donde pasó su infancia y adolescencia. Hemos hablado con Humberto para conocerle mejor y saber qué significa este día para él.

-¿Cómo se despertó en ti la vocación?

Se despertó por varias experiencias que tuve a través de los grupos juveniles de la parroquia. Tuvimos convivencias y campamentos que fueron tejiendo la vocación. Después vinieron experiencias más fuertes: trabajo directo con las personas, acercamiento a la realidad de la discapacidad, las personas con VIH-SIDA, etc.

Algo que también marcó y que me fue encaminando fue un curso para ministros de la Eucaristía que me ayudó a despertar esa vocación. También cómo vivía la comunidad religiosa dehoniana, cómo se presentaban ante los demás, la cercanía que tenían con las demás personas, etc… que era muy diferente a la idea que yo tenía de Iglesia.

-¿Cómo fue tu proceso de formación para la vida religiosa y sacerdotal?

A raíz de todo lo anterior, comencé el proceso de acompañamiento con el P. Pedro Jesús. Tuve varios momentos de acompañamiento. En el año 2008 fue mucho más intenso y ya dirigido hacia la vocación, con una propuesta clara hacia la vida comunitaria. Desde mayo hasta septiembre íbamos a la comunidad un fin de semana cada mes.

En esos meses se puso enferma mi madre y el mismo hecho de acompañarla me ayudó a confirmar mi vocación. Mi madre falleció en septiembre de 2008 y entré a tener una experiencia de un año con la comunidad dehoniana el 20 de enero de 2009 como aspirante a la vida religiosa. En marzo comencé los estudios de Filosofía en el Seminario Mayor San Pedro de Portoviejo.

En enero de 2010, el 21, comencé el postulantado en Quito que duró hasta el mes de agosto. En septiembre, el día uno, llegué a España para iniciar el noviciado junto a un joven chileno, Pancho. Regresé a Ecuador el 27 de septiembre de 2011 y el 29 de septiembre hice mi primera profesión en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Fanca.

Continué los estudios filosóficos y teológicos en Quito en la Universidad Católica hasta que los concluí en el 2017. En el año 2016 realicé la profesión perpetua, el 15 de octubre.

El 3 de noviembre de 2017 viajé a Paraguay a una experiencia misionera en la comunidad dehoniana de Alberdi. Allá fui ordenado diácono el 25 de noviembre de 2018.

Regresé a Ecuador el 5 de julio de 2019 y estoy destinado en la comunidad de Bahía donde tengo el servicio de ecónomo de la comunidad y la pastoral juvenil vocacional y misionera del Distrito.

-¿Qué supone para ti ser ordenado sacerdote dehoniano?

Dentro de todo mi proceso hay tres cosas que dentro de la congregación he sido consciente de lo que con el sacerdocio se puede poner en práctica:

– persona sabia para poder responder a las necesidades que se presenten.

– persona humilde para saber estar en medio de los demás.

– tener un corazón de carne que pueda sentir lo que siente el otro.

Y todo ello se resume en esta frase: “Hacerlo todo con amor” (1Cor. 16, 14) Todo parte de ahí y por eso mi vocación ha estado marcada por el lema: “Un corazón para amar” y de ahí todo lo que venga: “una voluntad para entregar, un cuerpo para sufrir… (P. Dehon)

Ser sacerdote dehoniano es llegar a configurarme con el corazón de Cristo, un corazón que no se queda sólo en lo divino sino que late con el otro, que llega a encarnarse.

También es providencial el poder servir como sacerdote en mi tierra, con mi gente. Es un desafío y un regalo.

¡Desde aquí damos la enhorabuena a Humberto Hidalgo!