Recuerdo del P. Adolfo Urbina

Queridos hermanos religiosos:

Mientras comenzaban los actos institucionales de celebración del centenario de nuestra presencia en Novelda, pasado el mediodía del 18 de marzo de 2022, nos ha dejado nuestro hermano el P. Adolfo Urbina Rioja. Han sido meses de intensa lucha con una enfermedad que ni siquiera dio ocasión a combatirla con todos los medios disponibles. Ahora descansa en la Paz.

Burgalés de Fresno del Río Tirón, sus días comenzaron un 27 de septiembre de 1945 en el seno de la familia que formaron Marcial y Feliciana y que se prolongó en sus hijos Feliciano y Fernando, Conchita y Julita, así como nuestro cohermano el H. José María. Sus días y trabajos se han prolongado, por tanto, 77 años hasta encontrar el reposo en su habitación del Hospital “Santa Cristina” de Madrid.

A la par que los pasos vitales, el camino de la fe se abrió en las aguas bautismales que lo recibieron en la parroquia de San Andrés de Fresno, donde también sería confirmado en 1953. La pujanza bautismal lo atrae hacia nuestra Congregación en la que hace los estudios secundarios en el seminario menor de Puente la Reina (1956-1961) en el que también hará el postulantado (1961); de allí a Zurraure-Ciga para el noviciado (1961- 1962) que culmina con la primera profesión el 29 de septiembre de 1962, haciéndola perpetua en Salamanca en la misma fecha, pero de 1968.

Su formación transcurre en Salamanca donde, tras los estudios filosóficos en nuestro Escolasticado (1962-1965), pasa a hacer los estudios de teología en la Universidad Pontificia de Salamanca donde alcanza el grado de licenciado en 1971. La formación salmantina, junto con las experiencias como educador y profesor en Novelda (1965- 1966) y Madrid I (1966-1967), le permiten ir accediendo a los distintos grados del ministerio ordenado. Recordamos así la recepción de ministerios en Venta de Baños en 1971 de manos del arzobispo de Anquing (China), Mons. Federico Melendro y Gutiérrez SJ, del diaconado en la Catedral de Salamanca en 1971 de manos del obispo de la ciudad Mons. Mauro Rubio Repullés y, finalmente, en nuestra casa de Alba de Tormes, de manos del obispo de Ciudad Rodrigo, Mons. Demetrio Mansilla Reoyo, la ordenación presbiteral el 1 de mayo de 1971, día de san José obrero.

A partir de ese momento, llega el turno de los destinos en la Provincia. Sirve en las comunidades de Madrid I como profesor (1971-1972), a la par que en Madrid III como vicario parroquial de San Juan de Dios.

De allí pasa a Puente la Reina donde ejerce como secretario y director técnico (1972- 1976) y vuelve un año a Madrid I como profesor (1976-1977).

De nuevo en Puente la Reina (1977-1983) donde retoma las funciones de dirección y añade las de vicario parroquial de San Pedro y Santiago.

Su contacto con el apostolado educativo abre un paréntesis en 1983-1984 con su destino a Venta de Baños que se verá cerrado con su última estancia allí en 1996-1997. Durante su destino en Torrejón de Ardoz entre 1984 y 1993 asume las tareas de superior y vicario parroquial (1984-1987), de párroco de San Isidro (1985-1993) y arcipreste de Torrejón de Ardoz (1991-1993), además de profesor en el Instituto León

Felipe de la localidad.

En 1993 decide dar un salto a tierras venezolanas, siendo vicario y luego párroco de San Miguel de Caracas (1994-1996), donde ejerce también como superior delegado de la comunidad.

A su regreso, tras el referido año en Venta de Baños, es destinado a Málaga donde ejerce como vicario parroquial (1997-1999) y capellán del Hospital universitario de la Victoria.

Su siguiente destino será Madrid III donde desempeña los servicios de superior (1999- 2006), ecónomo (2006-2010), párroco de San Juan de Dios (1999-2010), así como acompañante espiritual del Instituto Reparador (1999 hasta hoy) y arcipreste de San Pedro ad vincula (2006-2010).

Disfrutó un año sabático en Torrejón (2010-2011) antes de ser llamado a Madrid II para desempeñar las tareas de Delegado provincial de Misiones entre 2011 y 2015.

Ese año regresa a Torrejón donde hasta el día de hoy ha sido vicario parroquial y ecónomo.

Querido P. Adolfo, tras estos años de auténtica y real penitencia en el calvario de la enfermedad, has escuchado esa palabra que San José también oyó y vivió: “Levántate, toma contigo al niño y a su madre” (Mt 2,13).

Que sea el Señor Jesús, resucitado, quien te levante y te conduzca a la casa que contribuiste a edificar con tu vida y ministerio, y que Él, como piedra angular, sabe culminar.

Deja que sea la Madre, María, imagen de la Iglesia, la que dé fe de esta contribución a consolidar el trono del amor y de la reparación que actúa Dios en y con nosotros.

Descansa en la paz pascual del Corazón de Jesús.

P.Juan José Arnaiz Ecker, scj Superior provincial