Paolo Francesco Sciammarella: “El Noviciado es un tiempo para comprometerme a corresponder al amor del Padre”

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Paolo Francesco Sciammarella: “El Noviciado es un tiempo para comprometerme a corresponder al amor del Padre”

Hoy conocemos más de cerca a Paolo Francesco Sciammarella, un joven italiano que el pasado mes de septiembre celebró su entrada al Noviciado en el Colegio y Seminario San Jerónimo de Alba de Tormes.

-¿Dónde pasó su infancia y que estudios ha realizado?

Nací en Avellino (Italia), pero vivo desde la edad de 6 años en Paola, en la provincia de Cosenza. Después de Bachillerato en ciencias, continué los estudios consiguiendo el doctorado de primer nivel en Ingeniería Informática e inmediatamente la maestría en Ingeniería en Automatización.

Una combinación de necesidades y oportunidades me han permitido enriquecer mi equipaje cultural y ponerme a prueba en una experiencia laboral en el ámbito de la formación universitaria, obteniendo en junio de 2019 el título de Doctorado en ICT (Information and Communication Technologies).

Conozco a los Dehonianos desde el 2012 y comencé a experimentar la vida comunitaria con ellos en el 2015. Después de mudarme a Roma en marzo de 2019, en diciembre del mismo año fui admitido al postulantado. Desde el 28 de agosto de 2020 vivo en España, precisamente en la comunidad de Alba de Tormes, para ser ayudado en la continuación de mi proceso de verificación y discernimiento vocacional, viviendo el año de noviciado.

-¿Cuándo surgió su vocación religiosa?

Responder a esta pregunta es un poco difícil. No he tenido una visión mística, ninguna descarga de rayos en el camino de Damasco como le sucedió al santo del cual llevo el nombre. Más que otra cosa al final del primer año de universidad, tuve una serie de situaciones que me impulsaron a plantearme preguntas serias, que tal vez siempre han estado y simplemente las había pospuesto.

Las respuestas suscitaron otras, dando origen a un proceso introspectivo y de renacimiento de la oración, que han tenido como resultado el tomar conciencia de una realidad que, releyendo mi historia, había tenido señales que no había captado. Entender una propuesta así de grande y al mismo tiempo tan “diferente”, respecto a las perspectivas con las cuales generalmente se crece desde pequeño, deja confundido. Meterme en este proyecto que creo que Dios tiene para mí no ha sido inmediato y ha requerido tiempo; ¡Pero esta es otra historia!

-¿Cómo es su vinculación con los Dehonianos? 

Conocí a los Dehonianos en la universidad porque ellos tienen confiada una capilla en el campus y cercana a la biblioteca. Durante el segundo año, mientras pasaba delante para ir a clase, me animé a entrar aunque fuese para un saludo de 10 segundos al Señor (es una capilla con el Santísimo siempre expuesto). Siendo un poco tímido en aquel contexto, buscaba evitar las miradas. Las cosas cambiaron, cuando uno de los padres de aquel momento empezó a saludarme cuando entraba o cuando salía.

Desde aquel momento se creó un principio de relación, que después se convirtió en confianza y en progresiva confidencia que me han ayudado a abrirme y hacerme mas trasparente y abrir mi corazón, dejándome expresar y poner la luz en aquello que pensaba era un deseo personal, pero que espero sea ​​iniciativa de Dios.

-¿Qué supone para usted el inicio del Noviciado? ¿Qué espera para el futuro? 

Soy consciente del hecho de que el inicio del Noviciado es significativo, porque es un primer vínculo parcial más oficial con la Congregación. La noche de la admisión, en efecto estaba lleno de emociones, y muchas de ellas me impulsaban a reflexionar precisamente en esta dirección de “¡wow! ¡Poco a poco está sucediendo de verdad! ¡Qué bonito!”

Pero más que cargarlo de expectativas, esperanzas y falsas proyecciones que no le pertenecen, el único propósito que me hice es el de vivir este tiempo como ocasión para crecer en fidelidad. Esta semilla esta empezando a germinar y a convertirse en algo concreto; depende de mí poner raíces en el lugar apropiado fijándolo y haciendo de modo que se pueda nutrir de los sentimientos del Corazón de Cristo.

Encuentro estimulante considerar este año como un tiempo que se me ha dado para comprometerme a corresponder al amor del Padre, que es gratuito, pero me gusta pensar que lo poco que puedo hacer, pueda ofrecerme a mi mismo en mi compromiso y mis esfuerzos, para expresar mi gratitud de estar a la altura.

-Estamos viviendo un momento complicado con la pandemia de COVID-19. ¿Qué cree que podemos hacer en estos momentos para ayudar a los más necesitados? 

Aunque el virus en este último período está volviendo con una nueva ola de contagios, afortunadamente la situación es un poco mejor que meses atrás. Siendo italiano, recuerdo perfectamente las imágenes de Bérgamo transmitidas por el telediario y el clima de miedo en el que vivimos. En general, pienso que se pueden hacer tres cosas:

  • La primera, no solo relacionada con los necesitados, sino con todos: dar ejemplo. Tener sentido cívico, respetando las normas higiénicas y de seguridad, pienso que es un deber no solo moral, sino también porque el contener la epidemia, evitando contagios, es expresión de tener cuidado del rebaño de Dios en el cual todos somos responsables mutuos.
  • La segunda, probablemente, en este momento histórico en el que hay señales de recuperación económica, tal vez una ayuda práctica con la distribución de alimentos no sea tan urgente como antes. Pero si se continua con el voluntariado en esta dirección, no esta mal; pero que en esta fase es más urgente entender cómo moverse en términos burocráticos. Me explico mejor: imagino que para España, como así como sucedió en Italia, se han destinado fondos para reiniciar empresas, negocios, actividades comerciales etc. Con frecuencia entender cómo conseguir acceso a estas ayudas no es fácil, porque hay modelos para rellenar, en los cuales termina por faltar siempre algún documento. Por esto pienso que ayudar a crear una red, en la que alguien competente pueda convertirse en luz para los que están imbuidos en la oscuridad de las normas legales, puede ser muy útil.
  • La tercera parecerá banal, pero con las cosas que se leen con frecuencia creo que no lo es, y consiste en hacerse anunciadores de esperanza. La situación actual nos ha señalado bajo el perfil humano, robándonos los afectos, pero también bajo el perfil psicológico, creando la necesidad del trabajo que no existe, de familia que no se puede mantener, etc. En este escenario ya bastante complicado, están apareciendo desgraciadamente nuevas formas de terrorismo y creencias desviadas que promueven el virus como “castigo divino”. Parece cosas de tiempos de la caza de brujas, ¡pero no es así! Es importante recordar que Dios no castiga, que Dios está cerca de los que sufren, no que manda las enfermedades para castigar.

 

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